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CRÓNICAS DEL FEMINISMO: PARTE I, BENGALA.

Por: Linda G. Díaz Sánchez, Criminóloga.

En pleno siglo XXl, la palabra feminismo sigue generando prejuicio, incluso en los ambientes más “progresistas”. Pareciera que se repite como un “hechizo” que las feministas son brujas extremistas y radicales, en este contexto se generó desafortunadamente un estereotipo de lo que no es el feminismo, para ello aclaremos este punto:


Nociones Equívocas:

El feminismo no se trata de imponer la Supremacía Femenina.


De hecho, no existe tal cosa. Este movimiento lo que exige es el reconocimiento de capacidades y derechos que históricamente han sido tradicionalmente para los hombres.

Puede que hayas visto en la calle mujeres con ciertos atuendos, con pintura corporal, quemando muñecos de hombres o gritando que se creen superiores, pero en realidad, el feminismo no es creerse superior que nadie basándose en su género, sino lograr una equidad y respeto, donde las mujeres no tengan que sufrir violencia ni discriminación simplemente porque la naturaleza las haya dotado con los cromosomas XX.


El feminismo no odia a los hombres.


Es tanto así que los hombres son bienvenidos al movimiento y su participación activa podría hacer la diferencia. Los hombres pueden ser feministas porque se trata de un tema de humanidad. Todos somos humanos incluso antes de que las normas de la sociedad nos categoricen binariamente y nos den reglas determinadas por el sexo y la determinación que implica seguir tu camino por tu género.

El feminismo no puede odiar a los hombres porque sabe que sin importar el género todos podemos ser miembros valiosos y aportar desde nuestras respectivas trincheras. Además, la existencia de la especie en la tierra no sería posible sin la unión de un hombre y una mujer, eso es claro, tampoco de trata de “erradicar” al hombre y hacer un mundo utópico con mujeres ¡sería ilógico!, además sería demasiado retrógrado e innecesario tratar de disminuir la importancia de los hombres.

Entonces, no estamos hablando de si un género es mejor que otro, sino de personas que simplemente tienen características físicas y naturales diferentes, pero merecen el mismo trato, respeto, derechos, deberes y oportunidades.


El feminismo no impone el lesbianismo.

Otra mala impresión que se tiene acerca del feminismo es que las mujeres que forman parte del movimiento son lesbianas, esto es tan clasista y discriminatorio, tan ficticio y lejos de la realidad. No es necesario tener ninguna orientación sexual específica para promover los derechos humanos. Puedes ser un hombre o mujer heterosexual u homosexual, bisexual, trangénero, transexual, travesti, intersexual, *queer* en fin, esta orientación no es limitante para estar a favor de la equidad, del respeto, de la inclusión y de la promoción al derecho humano. Por ello es que el feminismo no excluye a nadie, todo lo contrario. Es un movimiento incluyente, ya que en la unión está la fuerza.


No es la versión femenina del machismo.


Esta es otra idea errónea que sigue teniéndose y afecta no solo la reputación del feminismo sino la lucha del movimiento ya que mucha gente no quiere deshacerse de algo negativo para entrar en algo que puede ser potencialmente bueno.

Teniendo en cuenta que el machismo es la forma de pensar y comportarse en la que se cree que el hombre es superior a la mujer en todos los sentidos, México es el máximo exponente de este ejemplo, hay un refrán que dice: “lo que no has de querer en tu casa lo has de tener” y sí, suena un tanto cruel saber que nuestro país es conocido mundialmente por ser la cuna de la sociedad machista y peor aún, que se considere esto como algo normal y natural en la sociedad mexicana, estamos normalizando una conducta que afecta, daña, transgrede y asesina cada día, a cada hora, a cada minuto.


Marcela Lagarde, reconocida feminista y antropóloga mexicana nos dice: ”Hay un enojo machista por el avance social de las mujeres, el empoderamiento de las mujeres está siendo lamentablemente un detonante de la violencia que padecen, a eso se le suman los avances sociales y/o personales que estamos teniendo”, explica la experta.

El diccionario de la Real Academia Española (RAE) lo define como 'actitud de prepotencia de los varones respecto a las mujeres'. El origen del término "machismo" es latino (de "macho", en latín "mascŭlus"). El término "machismo" ha experimentado mayor evolución en su significado. No es en modo alguno contrario al término 'feminismo'. Este es un error muy frecuente. El machismo consiste en un conjunto de ideas, actitudes y comportamientos sexistas que tienen por objeto establecer o mantener el predominio de los hombres sobre las mujeres, tanto en el ámbito público como en el privado. Se da tanto en hombres como en mujeres ya que tiene un fuerte componente cultural y educativo, muy arraigado socialmente e incluso bien visto en diferentes sociedades y épocas. De ahí la necesidad de que la familia y la escuela eduquen y socialicen a niños y niñas en valores y comportamientos no sexistas.

Mientras que el feminismo no aboga por el antónimo de esto, sino de establecer equidad. El diccionario de la Real Academia Española define el feminismo como “una ideología que defiende que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres”.

Resumiendo, es imposible que el antídoto de la violencia sea ésta misma.


El feminismo no quiere demoler la meritocracia a favor de las mujeres.


Es decir, si una mujer quiere postular a un cargo en alguna empresa y está compitiendo contra un hombre, la situación ideal sería que se eligiera a quien está mejor capacitado para el cargo. En caso de que esa persona sea una mujer, el feminismo busca que no se pueda apelar a temas emocionales para no considerarla capaz, que no se justifique su no contrato en argumentos como: “No podemos darte el puesto por estar embarazada”, “Tienes hijos y puedes ausentarte, nosotros queremos a personas comprometidas”, “Eres mamá soltera”, entre otros argumentos que muchas veces la sociedad machista proyecta. Aquí lo idóneo sería que si la mujer tiene la capacidad, preparación y experiencia para el cargo sea contratada, sin ningún estigma social y que únicamente se valore su profesionalismo, con un total compromiso, y responsabilidad.



En caso de que el hombre esté mejor preparado que la mujer para ocupar el cargo, pues debería ser de él por meritocracia y no de su contraparte femenina solo por el hecho de ser mujer. Equidad es la palabra clave.

El machismo está tan arraigado en el mundo que muchas veces tenemos pensamientos y comportamientos machistas aun sin darnos cuenta:

- Pensar que las mujeres son las completas y únicas responsables de sus bebés, cuando la educación y cuidado de los hijos recae en padre y madre.

- Cuando se juzga a las mujeres por el hecho de no comportarse como “señoritas”.

Por eso no está de más tener bien claro qué es el feminismo, el machismo y las prácticas que llevamos a cabo día a día las cuales pueden estar inclinándose a favor de uno u otro, muchas veces inconscientemente.



Las Bengalas de la Historia:


Si bien, hablamos un poco de lo que No es el Feminismo, Nociones Equívocas y de sus derivados, ahora nuestro enfoque será el originado por un grupo de autoras que han dado todos sus esfuerzos en sus trabajos, en primer lugar generar las bases del Feminismo y segundo, reforzar a través de los cambios y de la evolución social este enfoque, en este epígrafe hablaremos de algunas mujeres y de sus aportaciones al feminismo, y digo algunas, porque en realidad son demasiadas las mujeres que han elaborado grandes aportaciones en política, filosofía, poesía, artes visuales, danza, música, informática, economía, astronomía, etcétera.


Hay una frase que dice: “la historia la escriben los vencedores” y en casi cualquier momento desde que el ser humano aprendió a crear fuego, con la invención de la rueda, la luz, la televisión a color, el teléfono, esa historia se escribió de tal forma que hoy somos gracias a esos antecedentes, y en la mayoría de los casos, esos vencedores eran hombres y no mujeres, por supuestas razones:

El género femenino ha quedado relegado a un segundo plano en la historia y ha tenido que ganar derechos y privilegios que eran considerados como inherentes a los hombres. De forma más o menos directa, la lucha feminista por los derechos lleva mucho tiempo activa, incluso mucho antes del nacimiento de nuestras abuelas.

Aunque es cierto que el control de los asuntos más importantes y la toma de decisiones recaía mayoritariamente en el hombre por su papel y posición, en el mundo antiguo existen ejemplos en los que las mujeres realmente tenían libertad y poder, recibían una educación comparable a la de los hombres e incluso eran entrenadas en combate. Este podría ser el caso de las mujeres espartanas o de Hipatia de Alejandría, que llegó a ser directora del museo de Alejandría, primer mujer matemática de la que se tiene conocimiento razonablemente seguro y detallado. Escribió sobre geometría, álgebra y astronomía, mejoró el diseño de los primitivos astrolabios (instrumentos para determinar las posiciones de las estrellas sobre la bóveda celeste) e inventó un densímetro (instrumento de medición que sirve para determinar la densidad relativa de los líquidos sin necesidad de calcular antes su masa y conductividad), por ello es considerada como una pionera en la historia de las mujeres en la ciencia.

La caída del Imperio Romano en el 476 d.C. dio paso a la Edad Media, cuyo primer periodo se caracteriza por un retroceso y la pérdida de valores que civilizaciones como Roma o la Grecia Clásica habían tenido. La extensión de las tres grandes religiones monoteístas en Europa, Oriente Próximo y Norte de África implantaron en la población unas normas morales y especialmente estrictas y la asunción casi natural de que la mujer no era igual al hombre. En el caso del cristianismo, esto se veía desde el momento en que Eva mordía la manzana en el Génesis.

Juana de Arco y Christine de Pizan, considerada la primera escritora profesional de la historia, rompían la concepción de que la mujer debía estar subordinada a un hombre (padre, hermano, marido o hijo) y preparaban el terreno para lo que vendría en los siglos XVII, XVIII y XIX: el surgimiento del feminismo como movimiento estructurado y consciente de su importancia, así como las primeras conquistas de derechos realmente significativas.

Desde la emperatriz china Wu Zetian quien fue la única emperatriz que ostentó todo el poder en China. Tras la muerte de su marido, el emperador Gaozong, decidió ocupar ella misma el trono, pasando por encima del derecho de sus hijos a gobernar. Bajo su mandato China vivió una etapa de estabilidad política, económica y esplendor cultural. Favoreció el desarrollo de la agricultura y elevó la posición social de las mujeres chinas.

Mary Wollstonecraft, en su obra más famosa, 'Vindicación de los Derechos de la Mujer', de 1792, argumenta que los hombres y las mujeres son iguales por naturaleza, y que solo son tratados de distinta forma por su educación en la vida. Gracias a sus aportaciones al feminismo, fue una de las mujeres más populares de la Europa de la época.

Escritora y pensadora, Flora Tristán, en obras como 'Emancipación de la mujer', que se publicó dos años después de su muerte, o 'La Unión Obrera', sienta las bases del feminismo y pone de manifiesto los derechos de los trabajadores y, más en concreto, de las mujeres.

Clara Zetkin, una de las primeras mujeres en cursar estudios universitarios, para convertirse en profesora. Al terminar sus estudios comienza a moverse en la política, y a formar parte del movimiento obrero. En 1881, el emperador Otto Von Bismarck prohíbe toda asociación relacionada con el socialismo, por lo que se ve obligada a exiliarse a París, junto a su familia. Comenzó a ejercer de profesora y a reclutar a personas para su causa feminista. De hecho, funda el periódico de mujeres “Igualdad”, publicado entre 1892 y 1917.

La principal aportación de activista británica Emmeline Pankhurst es la lucha por el voto de las mujeres, liderando el movimiento sufragista. En 1903 fundó la Women's Social and Political Union o WSPU, un movimiento por el que fue a la cárcel en más de una ocasión.

La novelista francesa Simon de Beauvoir escribió obras que hoy se consideran clásicos del feminismo contemporáneo. Su más famosa aportación fue la obra “El segundo sexo”, de 1949, que sirvió como punto de partida a muchos grupos feministas. Co-fundó la revista “Tiempos Modernos” junto a pensadores de la talla de Sartre, Albert Camus y Maurice Merleau-Ponty.


MUJERES COMO:

Rosa Parks, Carrie Fisher, Harreit Tubman, Malala Yousafzai, Joy Harjo, Ruth Bader Gingsbur, Ellen Key, Ayn Rand, Amelia Earhart, Virginia Woolf, Marie Curie, Leonora Carrington, Eva Perón, Yésica Sánchez, Edurne Ochoa, Mary Winston Jackson, Sally Kristen Ride, Margaret Hamilton, Rigoberta Menchú, Sor Juana Inés de la Cruz, Florinda Lazos de León, Rosario Castellanos, Elvia Carrilo Puerto, Hermila Galindo, Esperanza Brito de Martí, Marta Lamas, Marcela Lagarde, Ana Tijoux, Cecilio Griffa, ellas entre muchas otras mujeres son algunas figuras que impulsaron el feminismo a lo largo de la historia a nivel nacional y mundial, que desempeñándose cada una en su ámbito han permitido que miles de mujeres las consideren como un modelo a seguir, gracias a sus conocimientos, sus avances, sus aportaciones, porque eso es lo que necesita la sociedad, mujeres preparadas, líderes, empoderadas, intelectuales, con alto nivel de bonhomía, defensoras y luchadoras, que han colaboren en la evolución del mundo, y que lo seguirán haciendo en todos los rubros y que no tienen por qué seguir en el anonimato.




Hablando de la Brecha de Sueños o Dream Gap, las niñas necesitan sentirse seguras e impulsadas a confiar en su potencial, necesitan referentes y claro es creer en ellas, tomando referencias femeninas y no solo masculinas, aclarando como ya se mencionó anteriormente, sin eliminar la figura del hombre. Cada una de estas mujeres a logrado lo inimaginable, al grado que actualmente tenemos estos ejemplos de lo que el Feminismo puede lograr.




Ellas sostienen esa “Luz de Bengala del Feminismo” (hablando metafóricamente), ese elemento pirotécnico que produce una luz muy brillante e intensa, quienes con educación y conocimiento han cimentado y mantenido la fuerza necesaria para que muchas mujeres como tú y yo podamos gozar de los derechos que actualmente tenemos. Porque el feminismo ha sido ese faro que ilumina el camino y que ha permitido a cada mujer mantener en sí una bengala de luz que ilumina un camino y que sin darse cuenta genera una ruta para muchas mujeres que se encuentran en la "sombra".


Actualmente podemos disfrutar de muchas cosas que hace 60 años no eran posibles de realizar, y sí, todo ha sido gracias a mujeres, el feminismo no es vandalismo, el feminismo no es “acabar con el macho opresor asesinándolo”, las feministas no son “feminazis”, debemos romper con estos estigmas ¿con qué? Con información, que es nuestra más grande herramienta de conocimiento.


Recapitulemos:


El feminismo es la defensa de los derechos entre hombres y mujeres. No sabemos cuántas veces habrá que decirlo antes de que la sociedad entienda y razone. Se lucha por conseguirlo, por buscar la equidad en las diferencias y convivir en una sociedad de respeto, tolerante y justa.


La teoría feminista supone un planteamiento crítico que renueva aspectos epistemológicos y metodológicos para la sociedad, así como aspectos políticos, inherentes al contrato social implícito en los roles de género establecidos socialmente para hombres y mujeres. Su predominio se ha plasmado, sin duda, en las nuevas leyes de los gobiernos, sin embargo, la influencia de los estereotipos sociales de género sigue estando vigente tanto en las nuevas leyes, aunque de forma más sutil, como en los usos que hacen los propios actores sociales.





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