top of page
  • Foto del escritorCorporativo Crimus

EL ESTUDIO DE LOS HONGOS EN LA PRÁCTICA FORENSE.

Por: LCCTP Hayde Arely Cruz Ortega.

Las ciencias forenses han evolucionado satisfactoriamente gracias a nuevas técnicas y protocolos de procedimiento que permiten la fácil utilización de las herramientas necesarias en el lugar de intervención. Existen lugares de intervención que requieren especial atención sobre todo cuando las temperaturas del ambiente propician a la descomposición del elemento material probatorio o indicio, entre ellos el cadáver. Los cadáveres en avanzado estado descomposición pueden representar en ocasiones problemas ante la determinación de causas de muerte o su identificación, sin embargo se siguen realizando pruebas serológicas y aquellas toxicológicas que puedan orientar a determinar una posible causa de muerte. Si bien, el estado de descomposición orienta a saber el tiempo de muerte que pueden ser días, meses e incluso años, hay otros factores que lo acompañan como la fauna cadavérica que aparece desde el inicio del ciclo de descomposición hasta su completa destrucción. Existe además otra característica que su aparición hace innovador los métodos de recolección en el cuerpo y que es un tema forense nuevo que poco a poco gana terreno de investigación: los hongos.


Los inicios de los estudios en Micología Forense fueron en Bélgica en el año 1982, investigadores forenses pudieron determinar el intervalo post-mortem que tenía 18 días, resultado a partir del análisis de la especie Penicillium chrysogenum que fue aislada e identificada en el cadáver localizado en una escena cerrada.

Las preferencias de crecimiento de los hongos varían desde los ambientes húmedos, cálidos, la luz, la circulación del aire, hasta en materia descompuesta pueden ser encontrados. Los hongos se producen por medio de esporas, las cuales se dispersan en un estado latente y se interrumpe cuando se hallan en condiciones que favorecen su germinación. Cuando estas condiciones se dan, la espora germina y surge una hifa (filamentos del cuerpo de los hongos), por la extensión de esta hifa va creciendo un micelio (la unidad de nutrición de un hongo).


La aparición de hongos en el cadáver se debe principalmente a factores ambientales como la temperatura propia del lugar. La Micología es la rama de la Microbiología que estudia los hongos desde el punto de vista básico y aplicado, con el fin de conocer su morfología, estructura, fisiología, bioquímica y genética, así como sus interacciones con otros organismos bien sean positivas o negativas. Los hongos son considerados como entes parasitarios, formados principalmente en ambientes de putrefacción. Para las ciencias forenses surge la Micología Forense, encargada del estudio de los hongos localizados en el cadáver en cualquier periodo de descomposición, pues es acompañado de la fauna cadavérica y de igual forma ayuda a orientar el tiempo de muerte y sobre todo si el lugar en el que es encontrado el cuerpo pertenece al lugar de los hechos o al lugar de hallazgo, haciendo más concreta la línea de investigación a seguir. Existen especies de hongos que producen infecciones al vivir sobre los tejidos vivos del hombre denominadas: micosis. Cuando se realiza la autopsia quedan al descubierto estas infecciones, y pueden ser observadas bajo microscopio, ayudando a explicar las causas de muerte. Por ejemplo, se conocen casos en los que la muerte en consumidores de droga, principalmente en cocaína y anfetaminas, se debió a una infección fúngica fulminante en el cerebro, provocada por Acremonium alabamense.


Cuando se trata de cadáveres encontrados a la intemperie, estos suelen descomponerse fácilmente, es en las partes blandas donde inicia esta descomposición, quedando por último los huesos. Al tratarse de cadáveres que se exponen al exterior, sus huesos se tornan a un color amarillo y se ven grasos, se blanquean con el tiempo al filtrarse los aceites hacia afuera por acción de luz solar. Al permanecer por muchos años en zonas que están iluminadas se puede presentar colonias de líquenes de los géneros Coloplaca y Lecanora. Se puede determinar de acuerdo al crecimiento de este liquen, el periodo aproximado del tiempo en que los huesos estuvieron expuestos en el lugar.


En cadáveres que han sido enterrados, durante su descomposición, suele aparecer la producción de “hongos del amoníaco o ammonia fungi” (AF) llamados así por la liberación de amoníaco y de otros compuestos nitrogenados. Estos hongos se desarrollan en un período de 1 a 10 meses. Pasado un período de 1 a 4 años, dependiendo de la concentración de amoníaco, aparece otro tipo de hongo llamado “hongos de la putrefacción o postputrefaction fungi” (PPF). Es esta una de muchas formas de como localizar tumbas o cuerpos enterrados. Sin embargo, existe un hongo llamado Phallus impudicus, este hongo se caracteriza principalmente por su mal olor y su forma fálica, una llama telefónica alertó a las autoridades en Dresde, Alemania, pues se percibía un olor similar a la putrefacción, la búsqueda terminó con el hallazgo de este magnífico ejemplar.


El polen y las esporas también pueden forman una parte esencial en la investigación criminal, estos ejemplares pueden extraerse de cualquier material al que puedan (Illana-Esteban, 2013) adherirse. Muchas de estas esporas pertenecen a cierta zona geográfica y nacen en ciertas temporadas del año, por lo que se han logrado resolver casos gracias al estudio de las esporas encontradas en el lugar donde se realiza la investigación. Un ejemplo de este tipo de casos sucedió en 2002, con el hallazgo de dos menores muertas dentro de una zanja en un bosque de Inglaterra, las investigaciones relacionaron la escena del crimen con el vehículo del sospechoso al encontrar en las llantas esporas de hongo que crece por ortigas muertas llamadas Urtica dioica, mientras que en el lugar donde fueron encontrados los cuerpos crecían estas ortigas. Las esporas analizadas ubicaron el vehículo en la escena del crimen.


Los hongos no solo tienen presencia en los cadáveres y en los lugares de intervención, estos también aparecen en papel, sobre todo en aquellos que permanecen en ambientes húmedos. Los hongos que se pueden identificar a simple vista en hojas de papel, comúnmente en libros, son el Aspergillus, este hongo en su etapa madura varía en colores de amarillo a negro; el Aspergillus Niger toma una variedad de colores que van desde el color rosa intenso a morado, hasta el negro; el Penicillium, de color natural verde, pero puede ser también azul o amarillo. Se puede detectar el daño que ocasionan estos hongos al notar que el papel se ablanda, se adelgaza y presenta porosidad.


El estudio de los hongos en lugares de intervención, está siendo aceptada por las ciencias forenses por la gran cantidad de información que proporcionan cuando se trata de resolver casos criminales. Esta ciencia puede trabajar en equipo con otras ciencias que implican determinar causas de muerte y la identificación de la zona geográfica a investigar. El campo de la Micología Forense a grandes rasgos aún no llega a México, pero puede ser una excelente herramienta para mejorar las técnicas periciales que se mantienen de acuerdo a los protocolos de actuación en cada dependencia pública y privada, las que se encargan de la procuración de justicia, y las dependientes que están al servicio de la comunidad.


Bibliografía.


Illana-Esteban, C. (2013). Micología Forense. Boletín, 37, 229-244.

Bon. M (2004) “Guía de campo de los hongos de España y de Europa” Madrid: Omega.




5006 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo
bottom of page