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REINSERCIÓN SOCIAL: LA ESPERANZA EN EL MITO.

Por: Arisbeth Ipatzi Paredes, Criminóloga.

En nuestro país la reinserción social es un tema de gran importancia, y en gran parte la clave fundamental para una sana convivencia entre la sociedad en general y los individuos dentro de los centros penitenciarios. Sin embargo esta tarea no se está llevando de manera adecuada e incluso podríamos afirmar que ni siquiera se está cumpliendo con dicho objetivo, volviéndose esto una utopía dentro de los propósitos del sistema penitenciario, debemos buscar una solución a estos problemas. Es por esto que los siguientes aspectos son un punto fundamental para la reinserción, ya que la correcta aplicación de los servicios y de actividades que desarrollen marcará la diferencia.

La reinserción social busca integrar a un individuo que purgó una pena a su entorno social una vez que consigue su libertad, todo esto mediante actividades y estrategias que creen un impacto positivo en el individuo a quien se le está aplicando, pero también busca abrirle paso en el campo laboral y educativo; aunque esta propuesta es realmente atractiva, es ineficiente pues el sistema penitenciario sufre carencias y lagunas no solo en sus servicios de alojamiento, sino en su atención médica, psicológica, y criminológica, todo esto provoca un desequilibrio y una problemática realmente alarmante, lo cual hace evidente la necesidad de generar soluciones que propicien cambios visibles.

Debemos comenzar por entender los conceptos y las acciones que frenan el proceso de reinserción, ya sea en un centro penitenciario o en la sociedad, puesto que estos deben trabajar en conjunto para ser escalones que ayuden a avanzar al individuo en cuestión, hacia una buena resocialización, evitando así la reincidencia delictiva.


Reinserción social definición y análisis.


En la actualidad la sociedad se encuentra en una crisis de empatía, solidaridad y tolerancia, se acepta a quien congenia con nuestros ideales y rechazamos a quien por causas ajenas a nuestro conocimiento se desvía del camino que todos seguimos; ha llegado un punto donde la intolerancia es tan elevada, que discriminamos, agredimos e inferiorizamos a quienes con sus pensamientos, ideas u opiniones causan revuelo en nuestra paz mental; ahora bien si considerando todos estos aspectos nos ubicamos en la situación de personas que purgan una sentencia por algún hecho delictivo surgen muchas incógnitas, entre ellas ¿Cómo alguien que salió de un centro de reinserción social puede integrarse nuevamente a esta sociedad?, ¿Cómo puede ser aceptado nuevamente? y ¿Cómo evitaremos la reincidencia?, pues bien para enfrentarnos a esta realidad debemos tener en cuenta a que se refiere y en que consiste la reinserción social.

Pilar Fernández Artiach en su libro “El trabajo de los internos en establecimientos penitenciarios”, menciona que la doctrina ha identificado reeducación y reinserción social con el termino resocialización, el cual significa “Volver a socializar”, socializar según la real academia española significa promover las condiciones sociales que, independientemente de las relaciones con el Estado, favorezcan en los seres humanos el desarrollo integral de su persona, la autora deduce a partir de este concepto que resocialización en el caso concreto del recluso, y durante su estancia en prisión se refiere a promover las condiciones que permitan el desarrollo integral de su persona (Artiach, 2006).

Un segundo autor Abel Téllez Aguilera menciona en su obra “Seguridad y disciplina penitenciaria”, que la reinserción social debe ser entendida como el derecho del condenado a que durante la ejecución penitenciaria se pongan a su disposición aquellos medios que le permitan llevar una futura vida en libertad sin delitos. (Aguilera, 1998)

Según lo anterior podemos deducir como reinserción social a un proceso de inclusión que se realiza a un individuo que transgredió las leyes, integrándolo de nueva cuenta a su comunidad, a su familia y a la sociedad en general.

Actualmente la reinserción social tiene una importancia fundamental para que la persona privada de su liberta (PPL) al salir tenga la oportunidad de forjarse un mejor futuro, disfrutando de su libertad y manteniendo un bienestar social, sin la necesidad constante de cometer nuevamente en una conducta antisocial, sin embargo esto no está sucediendo, entonces ¿Cómo se puede lograr la reinserción social? y ¿Cuál es la problemática en realidad?

El 04 de marzo del 2018 la CNDH emitió un “informe especial a ejecutivos locales para dignificar los centros penitenciarios de baja capacidad con hacinamiento y sobrepoblación crítica”; (CNDH, 2018) subrayó que 49 de los 109 centros penitenciarios en el país afrontan problemas de hacinamiento y sobrepoblación, esto impide una correcta operación, no ayuda a respetar las garantías de los internos, ni la reinserción social y conlleva una deficiencia de actividades y de condiciones de internamiento; también indicó que esas deficiencias pueden corregirse, teniendo una planeación, diseño y construcción aptos para cumplir los estándares establecidos para dichos centros, ratificó que la finalidad de las penas privativas de libertad es la reinserción social por lo que solicitó desarrollar acciones para mejorar la infraestructura y aumentar la capacidad de dichos centros, proporcionar equipamiento, asegurar la clasificación adecuada de la población penitenciaria, así como la seguridad, y los cinco ejes rectores, (trabajo, capacitación para el trabajo, salud, deporte y educación); siguiendo lo hasta aquí expuesto y afrontando el hecho de que en la actualidad la reinserción social no se está llevando a cabo de manera óptima, resulta oportuno explicar más a fondo las problemáticas que se viven en los centros penitenciarios para entender con mayor claridad cómo podemos afrontarlas.


Cantidades y porcentajes.


Como se mencionó anteriormente los mayores problemas que se presentan en los centros penitenciarios son el hacinamiento y la sobrepoblación que desembocan en la carente infraestructura y nulo cumplimiento de los ejes rectores, y la falta de atención especializada. Expliquemos más a fondo estos aspectos principales.

Sobrepoblación y hacinamiento penitenciario. La primera se define como el exceso de personas privadas de libertad por sobre la capacidad de alojamiento oficialmente prevista (Carranza, 2001). Esto a consecuencia trae el hacinamiento y todas las problemáticas que con ello repercute, debemos saber cuántas personas puede alojar un centro penitenciario, y hasta que cantidad los servicios pueden abastecer a las personas al interior. La cifra más baja se registró en el 2016 pues la población dentro de las prisiones llego al 110%, en el 2011 y hasta el 2015 la sobrepoblación superó el 120%, sin embargo solo de 2010 a 2015 la capacidad de las cárceles incremento solo un 7%. (Geografía, 2017).

Aunque podríamos considerar la infraestructura, la sobrepoblación y el hacinamiento como los principales problemas que se presentan al aplicar la reinserción social, a esto se suma un aspecto aún más importante, que es la deficiencia del sistema penal, pues en muchas ocasiones personas que no han cometido delitos están dentro de los centros de readaptación, debido a un mal procedimiento, e incluso dentro de los penales encontramos personas sin condena, en su mayoría la saturación de los penales se debe de manera parcial a estas poblaciones.

Al finalizar el 2016, 65 021 personas que estaban recluidas no tenían una sentencia, esto equivalía al 35% de la población reclusa, de los cuales 93% son hombres; el 65% de personas restantes eran personas sentenciadas. (Geografía, 2017)

Podemos darnos cuenta que la prisión preventiva en un uso desmedido contribuye en gran medida a la sobrepoblación de las cárceles.

Todo esto conlleva una gran responsabilidad, pues genera otra problemática y es referente a que personas sentenciadas y personas no sentenciadas conviven en un mismo ambiente, violentando los derechos humanos de los individuos, y otorgándole así a los centros de reinserción social el nombre de “Escuela del crimen”.

Debemos considerar la distribución de las personas dentro de las prisiones no solo por su situación jurídica, sino también por tipo de delito.


¿Se aplica realmente la reinserción social?


Con todo lo anterior podemos externar que no se está llevando a cabo la reinserción social, pues un gran porcentaje de las personas que salen libres generan reincidencia en actos delictivos.

Según el INEGI a nivel nacional, en el 2016 el 25.9% de la población privada de la libertad fue juzgada penalmente por algún delito de manera previa al proceso que determinó su reclusión actual; y 24.7% estuvo recluida previamente en un centro penitenciario. (INEGI, 2017)


¿Qué se necesita para una correcta aplicación de la reinserción social?


Pues bien, englobando todo lo antes mencionado enlistaremos de forma breve los aspectos más importantes para la reinserción social:

  • Tener especialistas en la materia que puedan controlar las actividades que se llevan a cabo en estos centros, dígase psicólogo, medico, trabajador social, criminólogo, abogados, etc. Pues estos especialistas con sus vastos conocimientos pueden contribuir al manejo correcto de los centros penitenciarios.

  • Cumplir a cabalidad con los cinco ejes rectores (Trabajo, capacitación para el trabajo, educación, salud y deporte)

  • Realizar acciones que realmente beneficien a la reinserción social, no solo trabajar desde la parte teórica, sino involucrarnos como especialistas en estos lugares, y aplicar los conocimientos para el beneficio, la mejora y el cambio no solo de una persona, sino de una sociedad en conjunto, ya que podemos aportar muy buenas ideas en gran cantidad, sin embargo en la mayoría de casos se quedan como eso, como una idea, pero lo que necesitamos es trabajo de campo, entrar a esos lugares tan estigmatizados y ayudar.

Conclusiones.

  1. La reinserción social es el eje central para evitar la reincidencia delictiva, sin embargo la sociedad debe formar parte importante en este aspecto ya que muchas veces cuando un sujeto sale en libertad es la misma familia, amigos o personas en general quienes rechazan y etiquetan al individuo por la situación que ha vivido, negándole empleo o incluso un hogar, incitándolo de manera indirecta y sin saberlo a que vuelva a delinquir. (Teoría del etiquetamiento)

  2. La reinserción social no se lograra si todos los problemas que aquejan al sistema penitenciario y a los centros penitenciarios no se resuelven.

  3. La falta de interés por parte de los especialistas en la materia, o por parte incluso de servidores públicos quienes están a cargo de estos centros es un punto clave que perjudica no solo a quienes se encuentran recluidos, sino a la sociedad en general.

  4. Si a quien está dentro del centro penitenciario no se le da educación, ni se le capacita para trabajar o para desarrollarse la reinserción social seguirá siendo la mayor falacia dentro del ámbito penal y continuara generando problemas en la sociedad.

  5. Actualmente la reinserción social es muy carente, son muy pocos los casos donde está realmente se aplica, hasta ahora no existe una cifra esperanzadora que nos haga confiar en que este aspecto está siendo realmente ejecutado.


Fuentes de información.


Aguilera, A. T. (1998). Seguridad y disciplina penitenciaria. Madrid: Edisofer S.L.

Artiach, P. F. (2006). El trabajo de los internos en establecimientos penitenciarios. Valencia: Tirant lo Blanch.

Carranza, E. (2001). Justicia penal y sobrepoblacion penitenciario. México: Siglo XXI.

CNDH. (2018). Dirige CNDH informe especial a ejecutivos locales para dignificar los centros penitenciarios de baja capacidad con hacinamiento y sobrepoblacion crítica. Comunicado de Prensa DGC/054/18 (pág. 2). Ciudad de México: CNDH.

Geografía, I. N. (2017). EN NÚMEROS: Estadisticas sobre el sistema penitenciario estatal en México. México: INEGI.

INEGI. (2017). Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad (ENPOL) 2016. México: INEGI.



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