Por: Hayde Arely Cruz Ortega.
El ambiente laboral es primordial para que una empresa mantenga al personal estable, agradecido y leal. Además de propiciarle sueldo, actividades y las prestaciones de ley que el giro demande, debe alimentar con atención y apoyo a su equipo independiente al horario de atención que maneje con sus clientes. El personal enojado representa un nivel de contagio interesante, pues toda esa frustración que ha estado acumulando diariamente se ve reflejado en los errores que comete en sus actividades, en la mala atención al cliente de forma interna y externa, en su bajo rendimiento y sobre todo en la falta de disposición al tratarse de eventos que requieren de tiempo extra. La empresa puede exigir al empleado la calidad, tiempo, eficacia, rapidez, exactitud, empatía y calidad de servicio por medio de la atención al cliente; pero al no verse remunerado es donde inicia el conflicto. La Criminología Empresarial ve esto como un obstáculo para el
cumplimiento de los objetivos, pues al no tener a su colaborador en un ambiente sanamente adecuado se aíslan las posibilidades de crecimiento y estabilidad interna de la empresa.
Las características de la frustración individual en el área laboral son:
La mala relación con el jefe inmediato o con sus supervisores.
Recompensas injustas.
Condiciones desfavorables de trabajo.
Toma de decisiones centralizadas.
Actividades rutinarias.
Mal clima laboral.
Pago de tiempo extra no favorable.
Vacaciones limitadas.
Poco tiempo de descanso de un día para otro.
Empresas reconocen la labor de sus empleados mediante capacitaciones motivacionales pero enfocadas al servicio al cliente, si bien, estas charlas sirven en la vida personal no es suficiente cuando el departamento al que pertenece no detecta las necesidades del personal a tiempo.
Para prevenir la frustración laboral individual es importante que:
El empleado mantenga un estado emocional estable y de buena salud mediante el descanso que por ley le corresponde sin condicionarlos.
El pago de tiempo extra sea compensado a favor del empleado, así en su regreso tendrá el mismo entusiasmo y compromiso por realizar sus actividades.
Si el colaborador es estudiante, fijarle un horario que le permita estar a tiempo en su área y otras. Recordar que realiza dos actividades diferentes por día y por lo tanto este colaborador es eficiente y capaz.
No tenga preferencias sobre otros empleados al liberarse vacantes en su departamento o en otros. Un colaborador con antigüedad siempre será experto en todas las áreas de atención.
Estar presente como jefe inmediato en la detección de las necesidades de su equipo de colaboradores; así mantiene a su plantilla y evita renuncias inesperadas. El apoyo que proporcione a sus empleados será el mismo que recibirá de ellos.
Similar al Síndrome de Burnout, éste se presenta como una respuesta al estrés laboral crónico, se manifiesta mediante actitudes negativas dirigidos hacia el entorno laboral y repercute al encontrarse agotado emocionalmente. Este síndrome es recurrente entre los sectores de salud por la relación entre profesional-paciente y profesional-organización.
Uno de los primero síntomas de carácter leve pero que sirven como señal de alarma es la dificultad para levantarse por la mañana o el cansancio patológico, en un nivel moderado se presenta distanciamiento, irritabilidad, cinismo, fatiga, aburrimiento, progresiva pérdida del idealismo que convierten al individuo en emocionalmente exhausto con sentimientos de frustración, incompetencia, culpa y autovaloración negativa. Los graves se expresan en el abuso de psicofármacos, ausentismo, abuso de alcohol y drogas, entre otros síntomas.
Aquellas consecuencias del estrés laboral asociadas al síndrome de Burnout con evidencia empírica de acuerdo a la literatura, son:
También pueden acentuarse otros factores, como los personales:
El deseo de destacar y obtener resultados brillantes.
Un alto grado de autoexigencia.
Baja tolerancia al fracaso.
Perfeccionismo extremo.
Necesitan controlarlo todo en todo momento,
Sentimiento de indispensabilidad laboral.
Son muy ambiciosos.
Dificultad para conocer y expresar sus emociones.
Impacientes y competitivos por lo que les es difícil trabajar en grupo.
Gran implicación en el trabajo.
Pocos intereses y relaciones personales al margen del trabajo.
Idealismo.
Sensibilidad.
Las medidas de prevención para este síndrome, interviene desde el jefe inmediato con previa colaboración de la Criminología Empresarial, detectando aquellas áreas de oportunidad. Es común que sea detectado entre los mismos colaboradores como una señal de alarma, la cual es de rápida propagación. Para ello es importante considerar las siguientes técnicas de prevención:
Brindar información sobre el síndrome de Burnout, sus síntomas y consecuencias principales para que sea más fácil detectarlo a tiempo.
Vigilar las condiciones del ambiente laboral fomentando el trabajo en equipo.
Diseñar e implementar talleres de liderazgo, habilidades sociales, desarrollo gerencial, etc. para la alta dirección.
Implementar cursos de inducción y ajuste al puesto y a la organización para el personal de nuevo ingreso.
Anticiparse a los cambios brindando talleres que contribuyan a desarrollar habilidades, conocimientos y estrategias para enfrentarse a éstos.
La aprobación del Criminólogo como colaborador con enfoque al ambiente laboral, es un elemento extra al activo fijo, ya que reúne todas las capacidades necesarias para actuar oportunamente ante los probables riesgos que enfrentan las empresas, sin importar el giro dedicado ni la cantidad de personal; la experticia en ambiente le permitirá desarrollar otras habilidades que puede reforzar a fin de mantener a la empresa estable y eficiente en el mercado.
Fuente
Guitart, A. A. (2207). El síndrome de Burnout en las empresas. Universidad Anáhuac México Norte., 19-28.
