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ÁNALISIS CRIMINOLÓGICO DE LA CONDUCTA DESVIADA DESDE UN CRITERIO SOCIAL

Por: Irving Omar Cuevas Méndez


¿En el intento por impedir, castigar y prevenir la desviación puede en realidad crearse la desviación misma?


La afirmación de que el control social lleva a la desviación o la crea puede significar, por lo menos, tres cosas diferentes:

  • A) Puede significar simplemente que, pese a que en nuestra sociedad se cometen gran cantidad de infracciones a las normas, ellas no constituyen realmente conductas desviadas, o no se las considera tales, mientras ningún grupo social las rotule como pertenecientes a esa categoría.

  • B) Puede referirse a la posibilidad de que un actor se convierta un desviado por haber experimentado la reacción social ante una primera infracción de las normas.

  • C) Puede significar que la existencia cotidiana de agencias de control social produce determinadas tasas de desviación. La reacción social puede referirse a estas tres cosas.

Antes de referirnos y desglosar estos tres puntos, definamos de donde surge la pregunta inicial de este planteamiento; la teoría del etiquetamiento, de la reacción social o del “Lbeling Approch” según el enfoque de HOWARD S. BECKER, quien en su obra “Outsiders: Studies of the Sociology of desviance”, (1963) expone lo siguiente:

“…deviance is not a quality of the act of a person commits, but rather a consequence of the application by others of rules and sanction to an “offender”. The deviant is one to whom the label has successfully been applied; deviant behavior is behavior that people so label.”

Es decir, la desviación no es una cualidad del acto cometido por la persona, es más bien, una consecuencia de la aplicación por parte de otros de las reglas y sanciones a este ofensor. El desviado es alguien a quien ésta etiqueta le ha sido aplicada con éxito, el comportamiento desviado es el que la gente ha establecido o “etiquetado” como tal.

La conducta desviada surge verdaderamente en el momento en que la sociedad establece reglas que definen qué comportamiento es aceptado y cuál no.


Regresando a la afirmación de que el control social lleva a la desviación refiriéndonos al punto A, siendo estrictos está claro que todo ser humano en algún momento de su vida ha cometido alguna o alguna serie de conductas que infringen alguna norma o regla social, como por ejemplo; tirar basura en lugares prohibidos e incluso quemarla provocando mayor contaminación; comprar piratería violando Derechos de Autor; el pasar un semáforo en rojo; estacionarse en doble fila provocando el tráfico y obstrucción a peatones etc., etc. Sin embargo aunque estas acciones estén catalogadas como “faltas”, a juicio de muchos llegan a ser acciones tolerables y las cuales su sanción se debería en ocasiones omitir, preferentemente en ocasiones donde la persona envuelta es uno mismo, ahí es el momento en donde la desviación primero se justifica y posteriormente se normaliza y esto es en nuestra opinión) en realidad el problema. La cuestión de consentir y perder la sensibilidad ante faltas, infracciones o conductas desviadas.


Dicho problema ha provocado al día de hoy permitir hechos lamentables, hechos donde se han faltado a las Garantías Individuales de muchas personas. Garantías como la dignidad, integridad, libertad y justicia han quedado vulnerables por esta pérdida de sensibilidad, y cabe añadir, la falta de valores del ser humano ante su semejante. Un ejemplo podría ser la moda en redes sociales de difundir algún video sobre un robo o un asalto, la mayoría de comentarios que vamos a encontrar refieren a emplear la violencia y la fuerza como una solución al problema ya que como comentábamos se ha perdido la sensibilidad y el amor por parte de la sociedad y en consecuencia se ha acogido esta violencia como un medio prioritario de solución. La justicia por propia mano, que es una conducta regulada (artículo 17 constitucional), hoy gran parte de la población la permite, la acepta e incluso más triste le hace promoción; “¡Vecinos vigilando!”, “¡Ratero te estamos observando”!. “¡Si te agarramos te vamos a linchar PD. Sobre advertencia no hay engaño!” agregando al mensaje una vista aterradora con señuelos de sangre. Este tipo de mensajes ya es normal que se encuentren en entradas y salidas de muchas colonias, fraccionamientos y demás lugares en el país.


Tomando el punto B de este planteamiento, a manera de ejemplo vamos a suponer que una persona por necesidad, o alguna otra situación de vulnerabilidad toma la decisión de hacerse de algo que no es de su propiedad (robar) para conseguir dinero y así superar su situación, -en muchas veces las emergencias o tragedias disponen al ser humano a tomar decisiones de riesgo- siguiendo con el ejemplo imaginemos que esta persona decide colarse solo en algún vecindario y por su falta de “conocimiento” o “experiencia” ya que se está enfrentando ante su primera conducta desviada a éste lo sorprenden y como nos encontramos en un vecindario donde antes se ha normalizado y promovido la violencia como medio para erradicar las “injusticias”, a este sujeto los vecinos lo toman y en lugar de dar parte a las autoridades inician con una injustificable reacción de someter al “desviado” y así entonces proceden a desvestirlo para después sujetarlo a un poste y ahí, sin defensa, comienzan a golpearlo y a grabar los hechos (típico linchamiento) faltando a su dignidad, integridad, libertad y a su derecho de recibir justicia ya que aun siendo responsable de un delito, toda persona infractora merece recibir una sanción apegada a la norma y no una sanción rotulada, etiquetada o designada por sujetos ajenos a la administración de justicia.


En consecuencia de esta experiencia una persona propensa a la desviación puede terminar afiliándose a ella, ya que las acciones del ser humano en gran parte se basan en sus sentimientos y emociones y, desde luego, una persona maltratada y abusada quedará marcada por un trauma lo que posiblemente provocará un entorno oscuro haciéndose de ella una persona que reincidencia en la desviación. El Estado y ahora la sociedad en general se han dedicado al ejercicio punitivo dejando de lado a la prevención, tolerancia y respeto a leyes, rotulando las conductas humanas a su consideración y criterio de acuerdo a la situación que más les convenga siguiendo marcando el problema al combatir la desviación.

Ahora, refiriéndonos al punto C, existen dos tipos de control social; la formal y la informal, en las líneas anteriores implícitamente se ha hablado sobre el control informal que resulta ser el hecho donde la sociedad se ha encargado de atacar la delincuencia y con estadísticas se ha demostrado que no es conveniente dejar en manos de los civiles la impartición de justicia. ¿Pero qué podemos comentar de los servidores públicos que si cargan con dicha responsabilidad?, ¿en realidad debemos confiar en los policías y atribuirle a ellos la responsabilidad de la seguridad social?, para muchos la respuesta es obviamente un sí, quizá para otros no tanto y a lo mejor para otros más la respuesta es no. Esta desigualdad se resume de las experiencias particulares que cada individuo tiene de un servidor público, pero en de manera general toda acción tiene una reacción por consiguiente una agencia de control social por supuesto que puede provocar un mayor índice delictivo cuando su verdadera finalidad es disminuir dicho índice. Por ejemplo; todos en algún momento han presenciado un hecho de corrupción por parte de un policía, donde este servidor público infringe a cometer un hecho tipificado como penal provocando una alza a la desviación por un lado y por el otro marcando como nula otra acción tipificada como puede ser el libramiento de una infracción de tránsito (lo más clásico) y con esto sin llegar a cosas concretas se demuestra que el supuesto a que la existencia de agencias de control social produce determinadas tasas de desviación es cierta.


En última instancia lo que preocupa a los teóricos, es la forma en la que la rotulación de desviado impuesta por un grupo social o por una agencia de control social, puede cambiar la concepción que una persona tiene de sí misma y posiblemente desembocar en una situación en la que, aunque no haya habido predisposición inicial a la desviación se produce un vuelco progresivo hacia esa conducta. Así, sostienen que los mismos procesos de control social pueden a menudo producir una imagen negativa de uno mismo (Erikson) o una reorganización simbólica del YO (Lemert), en la que se ve como desviada y, progresivamente actúa de acuerdo con ello. Este supuesto socio psicológico es empleado por muchos de los teóricos para explicar la práctica continua de la conducta desviada. Se reseña el proceso por el cual las personas: A) llegan a ser clasificadas de desviadas y B) aceptan una carrera desviada.


En síntesis que determinado acto sea desviado o no, depende en parte de la naturaleza del acto (es decir si con este se infringe o no alguna norma), y en parte también de lo que el resto de la gente hace al respecto.


Citas:

1 I. Taylor.; P. Walton, y J. Young., The new criminology: for a social theory of desviance, Amorrortu editors S.A., 1997, p. 157 y 158.

Gráfica 1. Distribución espacial de la intensidad de frecuencia de casos de linchamiento en México (consumados y en tentativa). 1988-abril de 2014.

Fuente: Guadalupe Fuentes Hernández. “Los linchamientos en México alcanzan niveles históricos”. Sin Embargo. 7 de noviembre de 2015. Disponible en: http://www.sinembargo.mx/07-11-2015/1541883 (fecha de consulta: 22 de Abril de 2019).


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